Tahanny Lee Betancourt
(Torreón, Coahuila, México, 1986)

Su obra se desdobla a partir del cuerpo y la intimidad. Utiliza el ritual como un medio para entonar la existencia y desmenuzar los vestigios de lo cotidiano, la maternidad, el duelo y la vulnerabilidad. Se graduó del Centro de Estudios Superiores de Diseño de Monterrey (CEDIM). Cofundó La Orgía y La Compañía, grupos independientes enfocados en la producción, estudio y difusión del arte contemporáneo desde Monterrey. En dicha ciudad, formó parte de Lugar Común durante 2018, donde fue coordinadora de procesos formativos para AIKIDO. Su trabajo ha sido expuesto en Barcelona, Düsseldorf y Saint Étienne, así como en múltiples espacios culturales y expositivos en Ciudad de México y Monterrey, como la Casa de la Cultura de Nuevo León, Centro de las Artes de Nuevo León, Centro Cultural Plaza Fátima, Colegio Civil Centro Cultural Universitario, El Cuarto de Máquinas, Galería Karen Huber, guadalajara90210, Museo El Centenario de Monterrey, Museo MARCO, Salón ACME y YNGSPC. Ha recibido apoyo y reconocimiento de diversas instituciones públicas y privadas, como Las Artes Monterrey, la Bienal de Arte Joven, la Reseña de Nuevo León de CONARTE, KADIST y el Patronato de Arte Contemporáneo (PAC).

 

Madre de noche (de la serie Nana), 2021
Acuarela, pastel, tinta sobre lino, latón y cera de abeja

Sobreproducción (de la serie Nana), 2021
Acuarela, pastel y tinta sobre lino

Let-down (de la serie Nana), 2021
Acuarela, pastel y tinta sobre lino

Al cuerpo que se vierte, que palpita, que canta, 2024
Instalación
5 esculturas de cera de abeja, pigmento y latón sobre bases de metal

Performance: Daniela Martínez, Eugenia Gallegos, Bianca González, Luz Loya, Andrea Reyna, Lluvia Villalpando, con la dirección de Carolina Espíndola (integrantes de la Compañía Guayacán)

Al cuerpo que se vierte, que palpita, que canta consiste en una serie de esculturas de metal intervenidas con latón y cera pigmentada, que exploran las relaciones entre la ritualidad y las nociones de calma y cuidado. El sonido que emite la instalación resulta de un performance en el que se explora la conexión entre el sonido y la sanación, utilizando la vibración y la intención para sumergirse en un espacio sagrado donde el sonido se convierte en una experiencia tangible. Dentro de esta escultura habitación, o círculo que cobija, el recuerdo del arrullo de personas cuidadoras es traído al presente para encontrar un tono y frecuencia que cobran vida a través de un ritual de movimiento, palabra y conexión entre cuerpos.

 

 

Visita
la bienal