Néstor Jiménez
(Ciudad de México, México, 1988)
Artista visual, su trabajo aborda la relación entre los procesos de construcción de memoria histórica y política, así como la distorsión discursiva e iconográfica del pensamiento de izquierda en México. Es egresado de la Escuela Nacional de Pintura Escultura y Grabado “La Esmeralda”. Ha expuesto individual y colectivamente en instituciones de México como El preludio de la ruptura (Centro Cultural Border), El ejercicio de las buenas voluntades (Nixon Gallery), Parasitage. Ruidos negros (Museo de Arte Carrillo Gil), Pintura reactiva (Museo de Arte Carrillo Gil), TROMBA (Museo Universitario Arte Contemporáneo – MUAC), y Anverso (Museo Universitario de Ciencias y Arte – MUCA Roma), La importancia de ser autosuficiente (Proyectos Monclova), y México bárbaro (Sala de Arte Público Siqueiros), entre otras. Y de forma internacional en No sé qué es una casa (La Fugitiva, La Habana), TEMPS FUGAÇ / TEMPS APRECARI (VABD, Barcelona), Juannio 2018 (Guatemala). También fue parte de la XVI Bienal de Lyon (2022-23) y en la XIV Bienal de la Habana (2021-22). Ha sido beneficiario del Programa BBVA Bancomer-MACG, la beca Jóvenes Creadores (2020, 2011 y 2015), del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PEDCA, 2018) y la Beca Adidas-Border (2016). Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte de México.
La muerte arquera y la alegría de vivir, 2024
Óleo sobre puerta de tambor y base de acero con pintura electrostática
Totentanz, 2024
Madera triplay, laca automotiva, barniz, acero, pintura electrostática y cuero
En colaboración con Edgardo Jiménez (Taller-estudio)
Totentanz, o danza macabra, es un tema alegórico tardo-medieval de la Europa occidental que encarna la certeza de la muerte y en donde aparece bailando con cada una de las personas presentes. Como se puede ver en La muerte arquera, una pintura del siglo XVII ubicada en la Pinacoteca del Templo de la Compañía en Guanajuato, la Nueva España recibió de la Edad Media esta forma de representación. En este caso, la muerte se encuentra de pie sobre tepetate, una tierra roja de la región del bajío guanajuatense. Además, el arco que carga recuerda no sólo la certeza, sino la rapidez de la muerte. Con La muerte Arquera y la alegría de vivir, Néstor Jiménez hace alusión a la pieza del Templo de la Compañía y sustituye las escenas costumbristas por escenas de la vida cotidiana realizadas por seres encarnados primigenios. Asimismo, pone esta pintura en relación con Totentanz, una instalación con figuras articuladas que se activan al ser manipuladas por el público, de modo que la obra consigue bailar con los asistentes. En el contexto de Guanajuato, el artista articula ambas piezas que no sólo hablan de un tema que trastoca a todos, sino que ponen en común una danza de la que nadie se puede librar.
*Beneficiario del Sistema Nacional de Creadores de Arte (2023-26) del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales.
la bienal