Ana Hernández 
(Tehuantepec, Oaxaca, México, 1991) 

Artista visual. Su práctica se centra en la difusión y recuperación de la vestimenta tradicional del Istmo de Tehuantepec, a través del entorno que habita y el interés por ciertos fenómenos como la migración, la geografía y la identidad, los cuales parten de intereses personales y su traslado al intercambio de conocimiento desde la comunidad. Es egresada de la escuela de Bellas Artes de Oaxaca y de las Clínicas de Especialización en Arte Contemporáneo (CEACO); parte de su formación la recibió en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO). Ha participado en exposiciones en Ecuador, España, Estados Unidos y México, entre otros países. Entre sus exposiciones recientes destacan Historias indígenas (Museu de Arte de São Paulo, 2023), Reflejos del Istmo (Museo de Filatelia de Oaxaca, 2023), Los huecos del agua (National Museum Of Mexican Art, Chicago, 2023 / Museo Amparo, Puebla, 2023 / Museo del Chopo, Ciudad de México, 2019), Riaba Riasa (Proyecto Invitado, Salón ACME 10, Ciudad de México, 2023), Disrupciones indígenas. Arte de los pueblos de México (Museo del Palacio de Bellas Artes, Ciudad de México, 2022), y New codex (Social and Public Art Resource Center, Los Ángeles, 2014).

 

Xquipi (Ombligo), 2024
Bule de calabaza y cuerda de henequén

Redasilú (Vendrá la memoria), 2024
Instalación
Obsidiana, oro, cera, caracoles, grafito, pigmentos, cobre y barro sobre 68 bules de calabaza, cuerda de henequén y audio

Mediante una cuerda de henequén se entretejen 68 bules de calabaza intervenidos con 11 materiales provenientes de la tierra. La cantidad de bules y el número de materiales corresponden, respectivamente, al número de lenguas indígenas y de familias lingüísticas que, además del español, existen en el país. Al ofrecer una experiencia en relación con materialidades diversas, la artista presenta la tensión entre el constante perecer y la resistencia, para proponer que la memoria permanece a pesar del proceso continuo del deterioro. Este cúmulo de conexiones traspone y representa las naciones y lenguas que existen en lo que se ha construido como una sola nación: México. La instalación se acompaña de un audio en zapoteco que enuncia un manifiesto sobre la lengua y la identidad, para cuestionar quién asume la voz y quién tiene la capacidad de representación. 

 

Visita
la bienal