05.09.2025

Volver a andar los caminos, conversarlos distinto

Christian Gómez

Proyecto Kazá, Memoria de agua (fotograma) 2021.

Desarrollada principalmente en las ciudades de León y Guanajuato entre mayo y agosto de 2024, la 15 Bienal FEMSA tuvo como título La voz de la montaña. Por su presencia dinámica en múltiples relatos de ficción, en mitos y distintas representaciones, la montaña fue una imagen articuladora para este proyecto al que se convocaron diversas prácticas y voces. Desde el equipo de la bienal, cuando invitamos a escuchar el llamado de la montaña, nos referíamos a poner en acción el aguzamiento de los sentidos y, sobre todo, a llevar esa disposición y apertura hacia nuestra relación con el arte.

 

Desde el inicio del proceso de trabajo, Mariana Munguía, la directora artística, nos planteó dos retos de la Bienal en puerta: la responsabilidad, en esta edición significativa, de continuar la consolidación de la Bienal FEMSA en tanto plataforma de encuentro relevante para el arte contemporáneo en México; y, en segundo lugar, entender que una bienal no es una exposición de obras comisionadas que se ciñen a una temática sino, sobre todo, un gran muestrario de arte.

 

Proyecto Kazá, Memoria de agua (fotograma) 2021.

Proyecto Kazá, Memoria de cerro (fotograma) 2021.

Proyecto Kazá, Memoria de cerro (fotograma) 2021.

En tal sentido, el trabajo curatorial se ejerció como una amplia conversación antes que como una práctica autoral: un diálogo de equipo* encaminado al fortalecimiento e integración de los distintos ejes de una plataforma para reunir prácticas diversas. Así, además de las 29 obras comisionadas, la Bienal integró un programa de obras audiovisuales, un encuentro editorial, una serie de actividades públicas y pedagógicas, y una publicación. Para dimensionar la cantidad de voces, como parte de las comisiones y el programa audiovisual participaron cerca de 50 artistas; y entre el encuentro editorial y el programa público, más de 40 proyectos, incluidas ocho iniciativas independientes de León y Guanajuato.

 

La imagen articuladora de esta edición (la montaña y su llamado a la apertura), de hecho, surgió de las propuestas convocadas: de notar su innegable persistencia en grandes temas de la historia del arte (el cuerpo, la identidad, el territorio y el paisaje), abordados de formas distintas en términos de lenguajes, materialidades y visualidades. Cada práctica habitó de manera distinta las categorías, nunca cerradas y de una sorprendente persistencia.

 

Tras el desarrollo de la Bienal, el programa Ecos representa una oportunidad de revisitar preguntas, de volver a andar caminos, ensayar otros y volver a pensar en la labor que distintas personas realizaron o realizamos para esta edición, con el fin de ponerla en conversación. Para ello, fueron invitadas cinco curadoras que son o han sido responsables de otras plataformas artísticas y quienes, de maneras distintas, abordan o han abordado los grandes temas de la historia del arte elegidos como ejes temáticos de la Bienal: cuerpo, identidad, territorio y paisaje. Si en dicha edición ya tomamos unos caminos, Ecos es una oportunidad de señalar los caminos que han andado otras. La propuesta es establecer un diálogo entre plataformas, un volver a andar en compañía de colegas.

 

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 *Aunque fui invitado a coordinar estos Ecos de la 15 BF, es clave señalar que en este diálogo constante participamos, con la dirección y apertura de Mariana Munguía, Pamela Desjardins, Isis Yépez, Eugenia Braniff y quien escribe esto. De manera ampliada, fueron clave los diálogos con Eduardo Thomas, Iurhi Peña y Vania Macías, quienes curaron o coordinaron distintos programas de la Bienal; asimismo, como interlocutor de la Colección FEMSA, Beto Díaz.

Ana Hernández, Redasilú (Vendrá la memoria) 2024.

Nina Fiocco, Pistas para historias de piel (un guión de cien microactos) 2024.

 

Una de las acepciones que elegimos al pensar en “cuerpo” fue la potencia del descubrimiento a través de los sentidos y de la intuición, para ampliar la posibilidad de una experiencia artística que no se centre únicamente en la racionalización y, sobre todo, en la mirada. Para reabrir este eje desde otras perspectivas, han sido convocadas Abril Zales y Ana Cadena, curadoras responsables, respectivamente, de los proyectos La Cresta –plataforma que trabaja sobre/desde la corporalidad– y Espacio en Blanco, en Monterrey, quienes en conjunto realizan De la punta de la lengua a la planta de los pies, un seminario internacional que por cuatro ediciones se ha centrado en feminismos contemporáneos, decolonialidad y acción política.

 

Para reabrir el eje de la “identidad”, que en la Bienal se revisó en tanto constructo histórico y relato susceptible de ser cuestionado o reelaborado, se convocó a Iztel Vargas Plata, quien ha sido directora del Museo del Palacio de Bellas Artes y curadora en jefe del Museo Universitario del Chopo. Gracias a su muestra Los huecos del agua (Museo Universitario del Chopo, 2019; Museo Amparo, 2023) conocimos la obra de Ana Hernández, artista comisionada de la 15 BF. Responsable de múltiples proyectos donde se han realizado reivindicaciones o revisiones críticas de relatos aparentemente establecidos, su participación apunta a pensar críticamente el lugar que las categorías identitarias juegan en el trabajo curatorial.

 

Sobre el “territorio”, durante la Bienal se acentuó, entre otros aspectos, el papel de un trabajo artístico situado en el que las prácticas surgen de habitar un entorno y convertirlo en una fuente de investigación. En diálogo con eso, fue invitada la curadora Rosela del Bosque, quien ha formado parte del equipo de la galería experimental Planta Libre, situada en Mexicali, Baja California, y donde se han realizado múltiples proyectos que se desprenden de la historia y condiciones del territorio que habitan.

 

Finalmente, el eje del “paisaje”, cuestionado en tanto escenario, recorte y selección de la mirada. Para abrir un diálogo sobre la noción de paisaje, fue invitada Paola Santos Coy, quien ha dirigido el Museo Experimental El Eco y fue curadora adjunta en la 8ª Bienal de Mercosur. En este intercambio se busca establecer un juego entre la noción de paisaje como escenario y la construcción de plataformas para las prácticas artísticas.

 

De esta manera, Ecos es una posibilidad de reabrir los planteamientos y prácticas convocadas en la 15 Bienal FEMSA, para ponerlos en un diálogo ampliado. Es, sobre todo, una posibilidad de reconocernos en la pluralidad de enfoques. En las siguientes semanas, además de publicar las correspondencias escritas por las curadoras invitadas, realizaremos una serie de conversaciones con artistas tanto participantes de la 15 BF como de otros proyectos. El objetivo es resonar en conjunto: trazar otros caminos o volver andar los que nos parecen conocidos que, en diálogo con otrxs, encontraremos siempre distintos.

Miguel Fernández de Castro, Los bárbaros, 2024.

Miguel Fernández de Castro, Los bárbaros, 2024.

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Christian Gómez

Es maestro en Historia del Arte y comunicólogo por la UNAM. Ha colaborado para proyectos sobre escritura de arte, mediación, gestión y curaduría, con énfasis en prácticas emergentes y autogestivas. Fue coordinador de contenidos del Patronato de Arte Contemporáneo, para el que también coordinó el programa de Nodos durante siete ediciones. Editó la revista Arte Público (2021 y 2022) para el Proyecto Siqueiros (INBAL) y cocuró la exposición Mapas en construcción. Colecciones públicas de arte contemporáneo, 2009-2017 (La Tallera, 2017). Fue investigador de la colección de arte contemporáneo del Museo Amparo, para el que también desarrolló, con Rebeca Barquera, una línea del tiempo para las Salas de Arte Contemporáneo. Fue profesor de la asignatura “Arte y comunicación” (2014-23) en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente es curador invitado del programa público de la Colección FEMSA.